27 julio 2012

Frases que inspiran

"El objetivo de la educación es reemplazar una mente vacía por una mente abierta", Malcom S. Forbes

24 julio 2012

Palabras que cobran vida

Les mostramos más cuentos de brujas escritos por los chicos que vienen al Centro de Aprendizaje! Esta vez, les damos a conocer a la bruja Zahira, inventada por Sofía López. ZAHIRA Tiene cabeza de unicornio, es de estatura baja y además tiene alas de águila, cuerpo de león y patas de caballo. La cabeza de zahira es de color blanco. Las alas son de color rojo y negro. El cuerpo es de color marrón. Tiene una cola de víbora que es de color verde. Vive en campos abiertos aunque también se los ve en bosques y montañas. Se alimenta de pastos, hierbas y frutas de los árboles. Las costumbres son que salen de día, viven en grupos de 7 individuos y les gusta correr. Ponen hasta 3 huevos por hembra. Sofía López

Visita a San Martín

Hicimos una salida educativa con los chicos! Fuimos a visitar la plaza principal de San Martín, la municipalidad y dos museos históricos. Para ver más fotos, te invitamos a nuestro facebook: Educar y Crecer

18 julio 2012

Diálogos con pasantes del exterior





Tres jóvenes decidieron abandonar sus países por unas semanas para arribar a Buenos Aires con el objetivo de intentar cambiar la realidad, o por lo menos las lentes con las que la miran muchas personas. En esta entrevista Claudia Bibiana Rueda, Luis Miguel Díaz (ambos de Colombia) y Michaela Hrabetova (de República Checa), ponen de manifiesto sus ideales y nos contagian esas ganas generar transformaciones. 

¿Cómo llegan a la Argentina? 

Bibiana: fue un proceso para mí, estuve mirando varias opciones como Brasil, Chile y Argentina pero me gusto más Argentina porque tiene mas posibilidades y porque además hay muchos lugares para visitar. Me parece interesante el proyecto, el lugar, y por el momento y espero que sea así, ha llenado mis expectativas; estoy muy satisfecha con el trabajo que he realizado hasta el momento y espero seguir realizándolo así hasta el final. ¿Cómo llegaste a la Argentina y más específicamente a Educar y Crecer? ¿Qué es lo que más te llamo la atención de la descripción de la ONG para decidir que ese sería el proyecto que querías? Michaela: Yo había decidido ir a América del Sur y Argentina me parecía como un destino perfecto por su cultura, por su gente, por la naturaleza, los monumentos y Educar y Crecer porque ofrecía exactamente lo que yo buscaba: trabajo con niños que viven en condiciones desfavorables, para ver otra realidad de la ciudad aparte de lo que yo pudiera conocer como turista.

 ¿Qué es lo que más te impactó al llegar a la ONG? 

Michaela: Los niños a pesar de su vida pobre están felices, saben disfrutar de la vida a pesar de pasar frío y de que no tienen mucho que comer. Además siguen siendo niños.


¿Qué expectativas tenías antes de venir y de qué manera se fueron llenando a medida que fueron pasando los días?

Luis: en principio vine a recorrer Latinoamérica. Ya tenía mi cronograma hecho: Brasil, Argentina, Chile, Perú, Bolivia, Colombia porque quería ver como se abordaban las diferentes problemáticas en cada país, absorber la forma que tienen para solucionar los conflictos que tienen y después llevar esto a mi país, obviamente por la carrera que estudio (derecho). Es muy importante para mí enfocarme en la proyección social más que en la parte legal de mi carrera.

¿De qué manera ayuda a tu profesión y de qué manera podes volcar lo que aprendes acá en un futuro y en lo que queda de tu carrera?

Luis: en un principio, a mi profesión mucho por enfocarme siempre a la cuestión social; me ha aportado conocer la realidad de este país, las circunstancias que viven: mala educación, pobreza, lo que el estado les brinda a los individuos, más allá de que les sirva o no. En mi país no les ayudan tanto, pero lo poco que ayuda, lo aprovechan. Pero aquí la gente no es conciente que así les están dando poco, les están dando al menos una posibilidad. Ya el hecho de tener educación pública gratuita para cualquier carrera abre muchas puertas a una persona.

¿En su país ya habían hecho alguna experiencia de voluntariado?

Bibiana: no, personalmente yo no he realizado ninguna actividad. Esta es la primera vez que la hago, y había hecho como unas prácticas cuando estaba en el colegio de trabajar con algunos niños, pero no tan central y tan concreto como ahora. Es la primera vez que lo realizado y me ha gustado bastante.

¿Y tenés ganas de hacer algo así cuando vuelvas?

Bibiana: Sí, porque entiendo que son proyectos que ayudan a que cada día seamos mejores, a que entre todos nos podamos ayudar. Lo puedo hacer acá, lo puedo hacer en mi país, lo puedo hacer en cualquier otra parte porque me nace y me gusta y es algo que estoy compartiendo con los niños que son lo que en realidad necesitan bastante apoyo. Para los chicos también es bueno porque ya nos conocen cómo somos y también nosotros nos llevamos cosas de ellos.

¿De qué manera pensás que estas aportando vos acá y de qué manera te aportaron los chicos a vos? 

Bibiana: Me ha aportado en diferentes aspectos: en cuanto a la cultura estoy mostrando cómo somos los colombianos, cómo nos comportamos, en cualquier momento ellos pueden preguntarme de mi vida allá y de esa manera estoy aportando a mi cultura, los estoy ayudando en su enseñanza, en su formación, de poca o de gran forma, pero estoy colaborando con ellos también. En cualquier momento ellos me pueden preguntar: “¿estas cosas son de tu país o no?” y eso les abre la mente. En el momento en que les hablen de Colombia ellos ya van a tener otra perspectiva o van a saber un poco más acerca de eso. “¿Qué me llevo yo de ellos?”: muchas cosas porque yo siempre lo he dicho: “uno siempre tiene algo que aprender de los niños, porque siempre tienen cosas nuevas”. Ellos ven las cosas de una manera totalmente diferente y tienen razón; entonces ellos me están aportando en esa forma: en que no siempre los adultos tenemos la razón en muchas cosas. Como que lo contradicen a uno pero de una muy buena forma.


 ¿Sentís que este voluntariado puede servir para lo que vos hagas como profesional?

Bibiana: Bastante porque yo estudio negocios internacionales y normalmente todos los días están hablando de un sitio específico. Cuando hablemos de Argentina yo puedo decir lo que yo ya viví y lo que sentí en ese momento al estar allá; ya tengo experiencia, ya puedo decir que yo lo viví de esta forma y no creo que sea así. Ya tengo un conocimiento más concreto.

¿Cuáles son tus mayores deseos para los chicos de la ONG y para la Educar y Crecer?

Bibiana: Mis mayores deseos son que ellos siempre recuerden que una colombiana los estuvo colaborando en su formación. Dejarles como una huella, que al ver una noticia de Colombia ellos digan: “ay, nosotros tuvimos una colombiana allá”. Que recuerden que alguien los ayudo a compartir momentos lúdicos, recreativos, escolares. Que ellos siempre recuerden que en algún momento tuvieron un apoyo.

Hace poco tuvimos la jornada de arte. ¿Qué pensás que les aportó a los chicos? ¿Qué te llevas vos de la Jornada?

Michaela: Sobre la jornada de arte creo que los niños aprendieron a hacer mucho de poco. Tenían unos pocos materiales de plástico e hicieron una obra de arte. Aprendieron que uno puede conseguir mucho con pocos recursos y creo que su vida es así.

¿Hay alguna actividad que te gustó mucho y que quisieras repetir en algún futuro sino es acá en tu país? 

Michaela: "¿Qué actividad me gustó?, todas". Las actividades artríticas son geniales y además me gusta también cómo los niños aprenden: si al principio de la clase no podían leer algo y ahora sí que pueden o si no sabían contar y ahora ya si tienen un poco de conocimiento. Eso me llena de optimismo, de esperanza.


¿Qué aprendiste vos de los chicos? 

Michaela: Aprendí que hay que esforzase mucho por conseguir lo que queremos, pero es posible; se puede y con la ayuda de los demás es mucho más fácil y enriquece a todos.

¿Vos habías hecho algún proyecto por el estilo en tu país?

Michaela: Yo hice un trabajo voluntario también en Francia, pero era mas de trabajo manual, un trabajo arqueológico en unas excavaciones; vimos a la gente local y todo, pero era diferente.

¿Te gustaría ahora hacer algo así cuando vuelvas? 

Michaela: Creo que sí, depende de las oportunidades que tenga, del tiempo que tenga, pero sí, querría hacer algo parecido en mi país.

¿Cuáles son tus mayores deseos para los chicos y para la ONG?

Michaela: Para los chicos, como dijo Bibi, que no olviden que había una chica de Europa y espero que tengan buenos recuerdos de mí, que les haya enseñado algo y que sepan que hay otras culturas, otras lenguas y que la gente a pesar de tantas diferencias, siempre se puede comunicar con todos y que hay que conocer mucho.

¿De qué manera sentís que te transformó y te está transformando esta experiencia?

Luis: creo que me abrió las puertas, me abrió los ojos más que todo. Me hizo reconocer cómo son en realidad las personas que necesitan y sufren alguna desprotección. Me transformó mucho, me hizo crear más conciencia de lo que tengo, de lo que me falta y de lo que puedo llegar a hacer y transformar a ellos.

¿Qué es lo más valioso que pensás que pudiste o podés aportar vos y qué es lo más valioso que te aportaron los nenes de educar y crecer?

Luis: Lo más valioso que me aportaron fue el espíritu que tienen los niños, la inocencia, su dignidad que hace a uno recuperar sentimientos; uno piensa en megacosas y ellos piensan en cosas tan concretas que uno dice: “wow”. Ellos son creativos; hay niños que ya parecen grandes entonces es difícil ver cómo esos niños con el pasar del tiempo van cambiando; son como bolitas de plastilina porque un momento aquí parecen niños, inocentes, todo, y en otro momento cambian y parecen adultos, racionales. Para mí es complicado, es difícil ver esta circunstancia. “¿Yo que les puedo aportar?”. No sé la verdad. Creo que puedo aportarles que ellos vean cómo una persona puede a su corta edad estar viviendo solo a 5000 km con 18 años. Creo que ven a una persona que ha querido ser algo en la vida y creo que lo está logrando. Pero aportarles algo que sea: “¡wow, le aporté!”, creo que es muy poco 6 semanas, aunque sea aportarles mi experiencia y la posibilidad de conocer a una persona que es totalmente o en parte opuesta al modelo de personajes con los que se encuentran, con costumbres diferentes. Aportarles algo, más que enseñarles lo que dice el cuadernillo, creo que no; es más una experiencia de vida tanto para ellos como para mí. Por lo menos para mí es algo que va a perdurar porque fue mi primer voluntariado, mi primer acercamiento en serio a niños que necesitaban cosas.

¿Cual fue la actividad que más te gusto, de la que más te llevás cosas o que te gustaría replicar en tu país?

Luis: Para mí la que fue súper interesante fue lo de arte porque en esa les dan a los chicos lo que ellos en serio quieren. Si uno se pone a analizar eso, no es que el niño unió un palito y otra cosita y salió algo bonito. Es más que eso: en eso uno observa en serio cómo es el niño, o sea, su estado natural. Yo observaba muchas caras y decía: ¿por qué los niños harán tantas caras? Cualquier cosa que empezaban era una cara. Y yo decía: “¿por qué?”; y es como un reflejo de lo que yo creo que ellos están viviendo, ¿no?, porque todo el mundo hace una cara feliz. Si uno se pone a analizar es algo que en serio abre las puertas a conocer una persona. Si les cambiamos el espacio de trabajo a los niños y hacemos una actividad diferente creo que en uno puede conocer cómo es la persona en realidad y a mí me encantó eso. Hasta yo hice un dibujito porque creo es muy útil, muy útil.

¿Cuáles son tus mayores deseos para los chicos, para la ONG?

Luis: Pues mis mayores deseos para la ONG es que por algo se empieza, ¿sí? Pero no hay que quedarnos con ese algo porque siempre se puede hacer más. Uno debe empezar con actos pequeñitos que son en realidad muy grandes porque transforman la vida de muchas personas. Uno intenta hacer agentes de cambio, ¿no? Entonces creo que eso es muy importante. Creo que hay más por hacer. Y más allá de ayudar a la gente de la comunidad, yo creo que también se puede ir a comunidades de gente de clase media alta y concientizarlos. No solamente el trabajo se hace con los pobres, también se debe hacer con los ricos; concientizarlos de que ellos también pueden promover y hacer un cambio con los actos que hagan. Que los grandes empresarios no simplemente piensen en aumentar sus arcas, sino también qué pueden hacer ellos mismos aumentando sus riquezas en proyectos que ayuden a toda la comunidad.